Título original en alemán: “Die verwandlung”
(La Transformación)
Primera parte.
Esta obra abre con la transformación de Gregorio en insecto. El autor nos da un breve preámbulo con el que nos descubre los acontecimientos causantes de semejante hecho.
En la biografía de Franz Kafka nos enteramos de la solitaria infancia que vivió, el distanciamiento de sus tres hermanas, como le cuidó la menor de ellas durante su enfermedad, y que su empleo en una aseguradora le era insoportable.
Su frustrante vida laboral incompatible con la pasión creativa de escritor, lo llevó a la desesperación, pensamientos suicidas y una anorexia que le costó la vida.
La referencia biográfica más presente en La metamorfosis la tenemos en la dinámica del protagonista, Gregorio Samsa, con su padre. Se sabe que la relación entre Franz Kafka y su padre era parecida.
Existe una carta de F. Kafka a Hermann Kafka, que data de 1919 y fue a consecuencia de haber terminado un noviazgo, pues su progenitor se oponía por razones de estatus social. La carta jamás llegó a su destinatario.
Franz Kafka redacta sentirse dominado y pisoteado por la tiranía de su padre, describe una pesada culpa por no llenar las expectativas ni hacerse cargo de la tienda familiar.
Estos datos biográficos nos permiten entender fácilmente las experiencias de vida de Gregorio Samsa antes de su transformación: su actividad laboral era “un medio para un fin”, es decir, procurar la manutención de su familia y redimirla del trance provocado por la quiebra económica del negocio familiar.
Aunque Gregorio no se sentía realizado ni mucho menos en su trabajo, el ser el proveedor de su familia y proporcionar alegría mediante la entrega de su salario le brindaba gratificación personal; la costumbre de los años fue enfriando ese entusiasmo en la familia, excepto en Greta, su hermana.
La transformación únicamente es del cuerpo de Gregorio, porque simboliza el instrumento que cualquier ser humano requiere para desarrollar relaciones creadoras. El protagonista goza de toda su lucidez intelectual, sentimientos, puede desarrollar proyectos, etc., más su aspecto es repulsivo y su movilidad limitada.
El cuerpo es el instrumento mediante el cual las personas gozan de una presencia “receptivo-activo” en su entorno. Después de que se transforma en insecto, su cuerpo le es extraño, lo separa del exterior y lo condena a una constante angustia irremediable. Su existencia tenía sentido al ser el sostén económico de su familia, ahora no puede resolver ese punto y él mismo se ha convertido en un problema.
La animalización es un simbolismo mediante el cual Kafka pone ante nosotros, en una plástica muy visible, como la vida de un hombre se reduce a ser únicamente un medio para lograr un fin: un hacedor de dinero para librar una mala situación económica.
En el desarrollo de la obra van emergiendo crudas imágenes de lo que veladamente sucede en muchas vidas, este es el recurso del uso de una imagen. Ya Gregorio se veía a sí mismo como un infrahombre, esta manera de descalificarse requiere ser expresada por una imagen que, en contraste con una figura cualquiera, nos va a dejar asomarnos a sus dos lados: sensible-objetivo y la suprasensible-lúdica.
Los detalles aparentemente menores que nos describe el autor son de un carácter lúdico-ambital. Gregorio siempre encerrado, en un trabajo opresivo, en una familia de viejos padres fracasados, enfermos y una niña cómodamente dependiente.
En el inicio de la novela tenemos a un hombre que se ha transformado en insecto y no obstante lo único que le preocupa es conseguir ir al trabajo y cumplir. Esto es un problema que el propio Kafka vivió en la Revolución Industrial, donde lo importante era producir para alcanzar un bienestar y esto se lograba con las manos productoras, es decir los obreros. De aquí derivó la explotación y degradación del hombre, al convertirse en una simple pieza de una maquinaria compleja, que al fallar, no funcionar o presentar desperfectos se sustituye por otra y listo.
Aquí es muy reveladora y simbólica la visita del apoderado de la empresa a la casa de los Samsa para verificar lo que sucede y desestimarlo de poco trabajador.
Kafka acepto que “La Metamorfosis” y su vida estaban estrechamente relacionadas. Incluso se ha especulado con el apellido del protagonista y el del propio Franz Kafka, a lo que este último respondió:
"No se trata de un criptograma. Samsa no es por entero Kafka. La metamorfosis no es una confesión, aunque sea, en cierto sentido, una indiscreción".
.
Muchas similitudes son las que se encuentran en esta obra con la vida del autor. La familia de Kafka era judía y lo tradicional en ese tiempo era la imagen del padre de familia como autoridad única e incuestionable.
El Sr. Kafka quería un hijo comerciante y consideraba que ser escritor o abogado era de afeminados. Esa desestimación del padre al hijo se proyecta, en la novela, con el notable asco que le produce Gregorio Samsa a su padre y en cómo le agrede hasta herirlo.
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