En esta novela Oscar Wilde pone en evidencia las prácticas morales y sociales tan controvertidas de la sociedad victoriana mediante una crítica social directa, por medio de sus personajes tendremos a los fieles representantes de la corrupción y la doble moral de la elite del Londres victoriano.
Es verdad que el autor sólo nos ofrece la visión de la degeneración progresiva del protagonista, pero de igual manera nos deja asomarnos a la decadencia moral de la alta sociedad de la época mediante los diálogos en los banquetes y bailes a los que es asiduo Dorian Grey.
Para mi gusto son precisamente estas escenas las más interesantes, puesto que nos enteramos –en primera fila- del tipo de ideología y la complejidad psicológica de las relaciones sociales cimentadas en las apariencias, en una impecable falsa reputación.
Leer a este autor es todo un placer, maneja un justo balance entre una posible realidad y la consabida ficción, nos introduce un rollo faustiano con gran facilidad, y la novela resulta una historia de terror gótico con crítica social y cultural. Virtudes del opio en las mentes brillantes.
Sabemos que la novela fue modificada y luego se agregaron capítulos y de más; creo que por eso siento como que se rompe el ritmo inicial, la fuerza.
A mí me hubiera gustado, ya en plan morbosos descarados, más detalles en las acciones cometidas por Dorian Grey y cómo impactaban físicamente al cuadro pintado por Basil Hallward.
Los primeros capítulos son más profundos y descriptivos, en cuanto se decide esconder el cuadro se precipitan las narraciones.
“El artista es creador de belleza. Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte”
Así comienza la novela donde Oscar Wilde conjuga la mayoría de sus pensamientos estéticos. El poeta aprovecha la insípida situación del arte recién heredada por el industrialismo y crea un movimiento estético donde se privilegia la importancia de la belleza en el arte.
El retrato de Dorian Grey es una narración que trasgrede, en extremo rebelde y provocativo que rompe la tradición conservadora inglesa.
Para disfrutar al máximo esta novela es necesario ser muy escrupuloso en el análisis de las ingeniosas frases, las reflexiones filosóficas-existenciales y los diálogos colmados de metáforas.
"Ya en plan morbosos descarados" jajajajaja, me hiciste el día. Escribes bien, felicidades.
ResponderBorrar