domingo, 29 de junio de 2014

El retrato de Dorian Grey. I



Las obsesiones de juventud eterna.

Gerascofobia. 


Miedo a envejecer. Un gran porcentaje de la humanidad teme envejecer. La ilusión de frenar el proceso bilógico nos hace consumidores extremos de tintes, maquillajes, cremas  y procedimientos milagrosos y desde luego cirugías estéticas.

En los años 60´s los médicos detectan los altos niveles de angustia que padecen algunos de sus pacientes cuando se aproximan a etapas de vida más cercanas a la muerte.

Cada caso es único, más algunos elementos como otras fobias detectadas en el individuo; tendencia a la ansiedad; frustración por falta de realización profesional o económica.   Algunos de los rasgos de personalidad característicos en  los que la padecen  es el ser ansiosos, histéricos o narcisistas. 

 Frecuentemente sobrevaloran los asuntos materiales así como lograr sus metas; por lo anterior tienden a una baja tolerancia a la frustración que implican las pérdidas, ya sea de belleza, juventud, el poder, la seducción, etc.

Tenemos también a la Gerontofobia, que es el miedo a la gente anciana y también se utiliza el término para la manifestación de rechazo o desprecio por personas de edad avanzada.  Hoy en día se asocia a la juventud con belleza y salud y vejez con enfermedad y decadencia.   La gerontofobia es la firme idea de que los ancianos son una carga improductiva, dependiente y de altos costos sociales.

Se encuentra tan establecido el esquema social de que parecer joven es indispensable para evitar la exclusión, que ya no solamente nos preocupamos por eliminar las huellas del tiempo en nuestra la imagen física sino que de igual manera procuramos borrarla de las actitudes; imitamos el aspecto y también el estilo de vida de los jóvenes.  Los bares o sitios frecuentados tradicionalmente los fines de semana ahora ofrecen horarios “after office”; las tiendas departamentales ya no tienen esa sección de “ropa de damas” o “ropa de caballeros”, mucho menos las boutiques.  Hoy las mujeres, abuelas algunas, de 50 o más pueden conseguir tener un cuerpo de una chica de veintitantos y consumen la misma ropa y accesorios.
El planeta globalizado exige una misma apariencia, la originalidad o diferenciarse de los demás está out; la tendencia es mimetizarse, comportarse y vestir todos lo más parecidos posible.   Resultado: pérdida de identidad.

Tenemos un par de generaciones de adultos-adolescentes obsesionados con divertirse y obtener satisfacción continua y de manera rápida.


Dime con quién andas y te diré quién eres.


Los padres son la primera influencia en los humanos, es decir que los adultos dan el ejemplo.   Tenemos los buenos ejemplos de padres y aquellos que enseñan al niño conductas antisociales como el mentir, robar, manipular, chantajear, etc.   El resultado serán niños y adolescentes delincuentes.

Así el famoso refrán queda comprobado desde una óptica totalmente científica según la psicología social.

¿La culpa es de las malas influencias o de un perfil influenciable que desarrollamos a voluntad?


El ser humano por naturaleza es sociable y esa necesidad nos lleva a actuar y asumir roles en un grupo, buscar la aceptación.  En esa búsqueda de sentirse “perteneciente a”, se descartan los principios propios y valores, con la finalidad única de encajar en cierto estereotipo social elegido… algunas veces por gusto y otras por supervivencia, de cualquier tipo.

Las personas más influenciables serán aquellas que no tienen una meta o plan de vida claro. Lo increíble es que precisamente cuando el individuo se sabe sin planes ni metas, dejará que su vida siga cualquier corriente, no asume decisiones propias… ni siquiera la de ser feliz.   Técnicamente entregan el poder de decidir a su entorno inmediato y alguien más decidirá por ti. 
  
Luego entonces, las malas influencias o bien las buenas, son las que resultan aparecer cuando la persona no asume su vida, no sabe qué hacer con ella y por lo tanto no cuenta con un sentido trascendental de su Yo interior. 

Entre arte te veas.


El arte siempre está en un caos cambiante debido a los complejos procesos evolutivos de la sociedad. Pero hoy como nunca tiene un poder económico y mercantil importante. Por todo lo anterior hoy es una forma de expresión estética y provocadora, cuya misión será crear un sentimiento o una emoción; también es una poderosa herramienta de protesta, de reflejo de las realidades económicas, sociales y políticas… espejo de miedos, fantasías e inquietudes.

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