lunes, 30 de junio de 2014

El retrato de Dorian Grey IV, Oscar Wilde.




En esta novela Oscar Wilde pone en evidencia las prácticas morales y sociales tan controvertidas de la sociedad victoriana mediante una crítica social directa, por medio de sus personajes tendremos a  los fieles representantes de la corrupción y la doble moral de la elite del Londres victoriano. 

Es verdad que el autor sólo nos ofrece la visión de la degeneración progresiva del protagonista, pero de igual manera nos deja asomarnos a la decadencia moral de la alta sociedad de la época mediante los diálogos en los banquetes y bailes a los que es asiduo Dorian Grey.  

Para mi gusto son precisamente estas escenas las más interesantes, puesto que nos enteramos –en primera fila-  del tipo de ideología y la complejidad psicológica de las relaciones sociales cimentadas en las apariencias, en una impecable falsa reputación.

Leer a este autor es todo un placer, maneja un justo balance entre una posible realidad y la consabida ficción, nos introduce un rollo faustiano con gran facilidad, y la novela resulta una historia de terror gótico con crítica social y cultural.  Virtudes del opio en las mentes brillantes. 




Sabemos que la novela fue modificada y luego se agregaron capítulos y de más; creo que por eso siento como que se rompe el ritmo inicial, la fuerza.  






A mí me hubiera gustado, ya en plan morbosos descarados, más detalles en las acciones cometidas por Dorian Grey y cómo impactaban físicamente al cuadro pintado por Basil Hallward.





Los primeros capítulos son más profundos y descriptivos, en cuanto se decide esconder el cuadro se precipitan las narraciones. 

“El artista es creador de belleza. Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte”

Así comienza la novela donde Oscar Wilde conjuga la mayoría de sus pensamientos estéticos.  El poeta aprovecha la insípida situación del arte recién heredada por el industrialismo y crea un movimiento estético donde se privilegia la importancia de la belleza en el arte.


El retrato de Dorian Grey es una narración que trasgrede, en extremo rebelde y provocativo que rompe la tradición conservadora inglesa.

Para disfrutar al máximo esta novela es necesario ser muy escrupuloso en el análisis de las ingeniosas frases, las reflexiones filosóficas-existenciales y  los diálogos colmados de metáforas. 



El retrato de Dorian Grey III



El síndrome de Dorian Gray. 


Se define por una tríada diagnóstica que abarca los siguientes criterios:•  Signos de dismorfofobia (apariencia personal distorcionada).•  Rasgos de personalidad narcisista.•  Fijación en el desarrollo psicosexual del tipo característico     encontrado en las parafilias.•  En adición, hoy se incluye el uso excesivo de sustancias y procedimientos estéticos para retrasar el envejecimiento.

Acompañado por dificultades en la aceptación del proceso del envejecimiento y de aceptar  las demandas del crecimiento y la madurez emocional.


Dorian Grey elige esa vida, narciso.


Cuando el Yo infantil se separa de la madre, ya sea físicamente en definitiva o únicamente de forma afectiva, se expresará mediante el llamado “Puer aeternus” (eterna juventud o niño eterno), es decir la imagen arquetípica de la persona que se niega a madurar. El narcisismo es un desorden de personalidad. El individuo desarrolla una estrategia personalizada de sobrevivencia ante una serie de desafortunados impactos psicológicos que son adversos en el desarrollo de su identidad.

El detonante de este trastorno de personalidad es la herramienta de defensa del individuo ante su sentimiento de inferioridad, impotencia, vacío y falta de significado; buscará evitar las pérdidas, las desilusiones y la angustia.

Un narcisista es aquel que requiere de reconocimiento en todo momento, tiene fija la idea de su grandeza personal: admírenme, alaben mi belleza, mi éxito. Los demás tienen el privilegio de admirarme, amarme y disfrutarme.

La droga adictiva del narcisista es la alabanza, es una droga emocional que lo mantiene instalado en un “yo no soy como el resto de los mortales”.

Parecen ser seguros pero envidian mucho.  En realidad ese aparente exceso de autoestima es una tremenda carencia de  mismo.

Son hábiles explotadores y manipuladores expertos, porque sencillamente no pueden empatizar y eso causará que sea imposible tener amigos o enamorarse… vamos que la compasión no es lo suyo.


Se habla de tres tipos básicos de narcisistas.

El narcisista sin escrúpulos: es el estafador con aires de grandeza que buscará personas con baja autoestima como víctimas.
El narcisista social: expertos escaladores en los círculos sociales, políticos, culturales o religiosos de su interés.
Narcisista seductor: conquistará amores simultáneos pues significarán una colección de trofeos a su grandeza, mientras más mejor.

Ellos siempre serán expertos de las artes sociales, muy simpáticos y agradables en un inicio… encantadores, pues.  Terminas identificándolos cuando caes en cuenta que todo gira en torno a ellos.   Si tu comentas, a tu encantador amig@ algo que te ocurre, el dará un giro diestro a la plática para contarte lo que le ha sucedido, siempre tiende a ser protagonista.  No le interesa escuchar ni saber nada de los demás.  ¿Acaso te ha sucedido?

No tienen recursos emocionales internos y recurren al reconocimiento externo, su capacidad de introspección es nula.

Una buena auto-estima  es: “Yo soy importante y tu también”; una mala autoestima, como la del narciso es: “Yo soy importante y tu no, todo lo mío es valioso y lo demás carece de valor”   Mira con desprecio a todos, descalifica invariable y compulsivamente; imposible tener amigos, sólo admiradores.



El libro amarillo de Lord Henry, el influyente.


Nunca se ha sabido realmente cual es el libro amarillo que Lord Henry regala a Dorian, pero mucho se ha especulado que todas las pistas apuntan a que se trata de  À rebours ( A contrapelo y/o Contranatura) , 1884 de J.K. Huysmans.  Sencillamente por el corte hedonista y la decadencia extrema que relata el mismo, en donde el protagonista se dedica a la búsqueda de la obtención del placer, en todo sentido, sin importarle las consecuencias. Representa la ruptura con el naturalismo y es considerado la Biblia del decadentismo.

¿Tú qué libros escandalosos y libros influyentes has leído?


Les Liaisons dangereuses, (Las relaciones peligrosas),  novela epistolar  publicada en 1782, cuyo autor ese Pierre Choderlos de Laclos.  Describe toda clase de perversidades y libertinajes extremos de los dos personajes principales que son miembros dela nobleza francesa del siglo XVII… ya te imaginas. 
La realidad es que la novela de  Madame Bovary ha sido considerada la más escandalosa de todos los tiempos. Publicada en 1857, tras cinco años de elaboración, describe además de manera mordaz las costumbres de la pequeña burguesía de provincias durante el Segundo Imperio francés y fue un escándalo para la época. Flauvert fue incluso procesado bajo la acusación de haber escrito una obra que iba "contra la moral pública y religiosa y las buenas costumbres", aunque al final ganó el juicio.

Libros con el poder de influencia más reconocidos son : La biblia, el Corán, El origen de las especies, el manifiesto comunista… en la última década ya ni hablamos de best sellers como “El secreto”. ¡Vaya que han cambiado las tendencias!





A Dorian Grey le chiflan los perfumes exóticos, la buena música, por supuesto que todo tipo de joyas y el arte.  


Una explicación desde el enfoque psicológico es que la ausencia de cuidados, de afecto y amor en los primeros años de vida tiende a originar un carácter depresivo que puede expresarse mediante el odio de los demás y no es otra cosa más que el propio auto-desprecio.  El apego a las cosas materiales nace de una profunda inseguridad y se relaciona con el programa generado durante la niñez.


domingo, 29 de junio de 2014

El retrato de Dorian Grey II



El Londres victoriano: dandismo, narcisos y hedonismo.


La novela El retrato de Dorian Grey, escrita por Oscar Wilde, no podría tener otro escenario que el Londres victoriano.  Es justo el escenario donde Gran Bretaña se encuentra en la cúspide por la Revolución Industrial, la vida política y económica del país se han transformado vertiginosamente y la sociedad evoluciona pero conserva prejuicios del pasado.   Las características de la época victoriana se hacen patentes en el marco de la novela, estando presente una continua alusión a los ideales, el espíritu de descubrimiento, aventura y el uso común de opio.

Wilde siguió la idea de Charles Baudelaire.

"El dandy es la acusación viviente contra una democracia igualitaria. Reúne en sí todas las virtudes de un “gentleman” que son posibles todavía; es capaz de afrontar toda situación y no se sorprende por nada, nunca se vuelve vulgar y conserva la fría sonrisa del estoico, aquel que manifiesta indiferencia por el placer y el dolor y que tiene gran entereza ante la desgracia.El dandismo es la última revelación del heroísmo en una época de decadencia. La elegancia -y la extravagancia- del vestir, el melindre -o amaneramiento- de las maneras, el rigor mental,… son solo la disciplina externa que los miembros de esta disciplina se imponen a sí mismos en el mundo vulgar del presente; lo que interesa en realidad es la íntima superioridad e independencia, la carencia práctica de objetivos y el desinterés por la vida cotidiana.Baudelaire coloca al dandy por encima del artista (bohemia) porque éste es capaz de entusiasmo todavía, lucha todavía, obra todavía.Wilde se identifica totalmente -en la primera etapa de su vida, hasta 1895- con el dandy de Baudelaire, el ideal de una existencia totalmente inútil."
Joana Cabot Fuster
Mallorca, enero 1996.


El Retrato de Dorian Grey es la única novela escrita por O. Wilde, fue severamente criticada por los sectores puritanos y conservadores. 

En 1895 el autor enfrenta un escandaloso juicio por el cual su esposa e hijos rechazan el apellido Wilde.

El Lord y marqués de Queensberry, por cierto que fue el inventor de las reglas del boxeo moderno, era el padre de Bosie, Alfred Douglas, y consideraba inapropiada la relación de su hijo con el escritor irlandés. Sabia de los rumores, en todo Londres, referentes a la popular pareja… dos dandys.   El marqués le deja una nota  a Oscar Wilde en el club que frecuenta: 
"Para Oscar Wilde, ostentoso somdomita [SIC]".

El poeta posiblemente hubiera ignorado o roto la nota realizando algún comentario sarcástico por la falta ortográfica, pero su querido Bosie insistió en demandar a su padre por calumnia.  El resultado fue que se convirtió en un juicio contra el propio Oscar Wilde acusado del “peor de los pecados”, condenando al más ingenioso y brillante de los escritores británicos de su época a dos años de trabajos forzados en la cárcel de Reading.

Al alcanzar su libertad se auto-destierra a París, utiliza el nombre falso de Sebastián Melmoth, se convierte al catolicismo, enferma gravemente, está en la ruina absoluta y muere un 30 de noviembre de 1900.

“En una carta, Wilde dijo que los personajes de El Retrato de Dorian Gray son, de diferentes formas, reflejos de sí mismo: "Basil Hallward es lo que creo que soy; Lord Henry lo que el mundo piensa de mí; Dorian lo que me gustaría ser en otras edades, tal vez.”

En sí la novela es todo un tratado sobre el narcisismo.  Basile  es un cínico pintor –alter ego de Oscar Wilde en esta ficción-  se siente atraído irresistiblemente por la belleza de Dorian Grey y esa fascinación queda plasmada en su obra al grado de contagiarla al propio Dorian.  En este juego reflejo lo curioso es que grey nunca había reparado en su belleza y es  a través de la mirada de Basile que la puede apreciar.  Dorian Grey representará “aquel que los demás dicen que es”, en realidad puede reescribirse según los ojos que lo miren.

Lord Henry Wotton desborda ingenio y representa una crítica ala cultura victoriana tardía que tolera abiertamente el hedonismo, Lord Henry es un corruptor en todo sentido y Dorian decide imitarlo.

“En un principio el hedonismo afirmaba que el bien era el placer y que el dolor era el mal. El placer material -el placer de los sentidos- se consideraba indispensable para alcanzar el Placer espiritual, el hombre debía acercarse al placer como camino para alejarse del dolor y, por lo tanto, conseguir la felicidad. El hedonismo radical sostiene que todos los placeres físicos deben ser satisfechos sin que se les ponga ninguna restricción, mientras que el hedonismo moderado afirma que la actividad de placeres debe ser moderada, para que así aumente el placer. En ambos casos el placer es la principal motivación. El hedonismo psicológico del futuro, sostiene que el placer personal es el único fin último de una persona.”

El hedonismo es una actitud carente de moral, no porque aprecie algún placer, sino porque lo pone por encima de las exigencias del amor a Dios y al prójimo. Es una actitud egocéntrica que incapacita al sujeto para relacionarse con otros sino es para explotarlos con miras a satisfacer su afán de placer.


El personaje que representa al hermano de Sibyl Vane, James Vane, es incluido posteriormente con el único fin de evidenciar y recalcar el egocentrismo de Dorian.

El retrato de Dorian Grey. I



Las obsesiones de juventud eterna.

Gerascofobia. 


Miedo a envejecer. Un gran porcentaje de la humanidad teme envejecer. La ilusión de frenar el proceso bilógico nos hace consumidores extremos de tintes, maquillajes, cremas  y procedimientos milagrosos y desde luego cirugías estéticas.

En los años 60´s los médicos detectan los altos niveles de angustia que padecen algunos de sus pacientes cuando se aproximan a etapas de vida más cercanas a la muerte.

Cada caso es único, más algunos elementos como otras fobias detectadas en el individuo; tendencia a la ansiedad; frustración por falta de realización profesional o económica.   Algunos de los rasgos de personalidad característicos en  los que la padecen  es el ser ansiosos, histéricos o narcisistas. 

 Frecuentemente sobrevaloran los asuntos materiales así como lograr sus metas; por lo anterior tienden a una baja tolerancia a la frustración que implican las pérdidas, ya sea de belleza, juventud, el poder, la seducción, etc.

Tenemos también a la Gerontofobia, que es el miedo a la gente anciana y también se utiliza el término para la manifestación de rechazo o desprecio por personas de edad avanzada.  Hoy en día se asocia a la juventud con belleza y salud y vejez con enfermedad y decadencia.   La gerontofobia es la firme idea de que los ancianos son una carga improductiva, dependiente y de altos costos sociales.

Se encuentra tan establecido el esquema social de que parecer joven es indispensable para evitar la exclusión, que ya no solamente nos preocupamos por eliminar las huellas del tiempo en nuestra la imagen física sino que de igual manera procuramos borrarla de las actitudes; imitamos el aspecto y también el estilo de vida de los jóvenes.  Los bares o sitios frecuentados tradicionalmente los fines de semana ahora ofrecen horarios “after office”; las tiendas departamentales ya no tienen esa sección de “ropa de damas” o “ropa de caballeros”, mucho menos las boutiques.  Hoy las mujeres, abuelas algunas, de 50 o más pueden conseguir tener un cuerpo de una chica de veintitantos y consumen la misma ropa y accesorios.
El planeta globalizado exige una misma apariencia, la originalidad o diferenciarse de los demás está out; la tendencia es mimetizarse, comportarse y vestir todos lo más parecidos posible.   Resultado: pérdida de identidad.

Tenemos un par de generaciones de adultos-adolescentes obsesionados con divertirse y obtener satisfacción continua y de manera rápida.


Dime con quién andas y te diré quién eres.


Los padres son la primera influencia en los humanos, es decir que los adultos dan el ejemplo.   Tenemos los buenos ejemplos de padres y aquellos que enseñan al niño conductas antisociales como el mentir, robar, manipular, chantajear, etc.   El resultado serán niños y adolescentes delincuentes.

Así el famoso refrán queda comprobado desde una óptica totalmente científica según la psicología social.

¿La culpa es de las malas influencias o de un perfil influenciable que desarrollamos a voluntad?


El ser humano por naturaleza es sociable y esa necesidad nos lleva a actuar y asumir roles en un grupo, buscar la aceptación.  En esa búsqueda de sentirse “perteneciente a”, se descartan los principios propios y valores, con la finalidad única de encajar en cierto estereotipo social elegido… algunas veces por gusto y otras por supervivencia, de cualquier tipo.

Las personas más influenciables serán aquellas que no tienen una meta o plan de vida claro. Lo increíble es que precisamente cuando el individuo se sabe sin planes ni metas, dejará que su vida siga cualquier corriente, no asume decisiones propias… ni siquiera la de ser feliz.   Técnicamente entregan el poder de decidir a su entorno inmediato y alguien más decidirá por ti. 
  
Luego entonces, las malas influencias o bien las buenas, son las que resultan aparecer cuando la persona no asume su vida, no sabe qué hacer con ella y por lo tanto no cuenta con un sentido trascendental de su Yo interior. 

Entre arte te veas.


El arte siempre está en un caos cambiante debido a los complejos procesos evolutivos de la sociedad. Pero hoy como nunca tiene un poder económico y mercantil importante. Por todo lo anterior hoy es una forma de expresión estética y provocadora, cuya misión será crear un sentimiento o una emoción; también es una poderosa herramienta de protesta, de reflejo de las realidades económicas, sociales y políticas… espejo de miedos, fantasías e inquietudes.

domingo, 4 de mayo de 2014

Del estrago materno, de Jacques Lacan, al ¡qué horror me parezco a ella!





Estrago materno


El hijo varón se presta más a ser el objeto de goce de la madre que la hija, este prácticamente no distraerá su demanda de amor hacia el padre, simplemente orientará sus requerimientos de amor muy de acuerdo al modelo edípico en lo relacionado con el objeto materno idealizado.

En cambio la relación madre–hija invariablemente será mucho más compleja, porque la niña remitirá a la madre a su propia división, ¡a la madre que no quiere poner en juego su feminidad!, la hija le evoca el ser mujer que ella rechaza.  En la relación madre-hija habrá cierta decepción por aquello que la madre no le pudo dar, y la rivalidad cuando esa relación que puede tener lugar entre ellas toma, aparentemente, una forma cariñosa y resulta muchas veces destructiva.
Se puede manifestar de distintas formas. Aparece como dificultad para la separación: cuando la madre se siente decepcionada o rechaza a la hija poniendo en juego un goce que, a pesar de todo, las une y da lugar a la repetición.   Otra manifestación es en forma de rivalidad imaginaria, que será una situación confusa donde una quiere ocupar o tomar el lugar de la otra, o bien se ven imposibilitadas a compartir un mismo espacio porque la presencia de una de ellas implicará la supresión subjetiva de la otra… o bien como horror al enfrentar la idea de reconocerse en algún rasgo de la otra.

Jacques Lacan dio el nombre de estrago materno a esta relación en que la madre toma a su hija como objeto (de goce). Las dificultades de la hija con lo femenino están sostenidas tanto desde el lugar del Otro materno, que no transmite la falta ni quiere ver en su hija a una mujer, como desde el lado del Otro social, que empuja a la satisfacción más narcisística y al desconocimiento del deseo.



En la novela El baile, tendremos dos escenas donde el estrago materno es más que evidente.   La primera en cuando Antoinette es pequeña y recién termina una época de abrazos, la madre la rechaza porque le resulta molesta y la llama “pequeña imbécil”.  La segunda escena será cuando la abofetea delante de los chicos. 


“Esa mujer que osa amenazarme”

Frase de la hija adolescente que proyecta la visión que tiene de su propia madre, no en plan materno sino como rival. También proyecta la clara  hostilidad de la madre hacia la hija, pues la Sra. Kampf está en declive en su vida y proyecta sus deseos de grandeza y brillo social como prioridades básicas de su vida y no así en asumir su papel materno.

Son dos mujeres, una que apenas emerge y la otra que se aferra a la última oportunidad como mujer.  El baile es organizado por la madre tiene un fondo real, y es el deseo de sentirse en los brazos de un hombre, un amante.  Hay un deseo de mujer, igual que el deseo de Antoinette.

Uno de los detalles sutiles que nos regala la autora es cuando Antoinette observa a su mamá ansiosa,  en medio de la prisa por los preparativos de la fiesta y hace aspavientos desesperados con las manos; la adolescente reconoce ese ademán y se mira en un espejo: es justo idéntico al que ella realizó cuando soltó las invitaciones en el río. Hay otros momentos como cuando la madre dice “tengo que vivir yo”  “ahora me toca a mí” con el mismo tono teatral la hija realiza reflexiones.



El momento central de tensión es cuando Antoinette deja caer los sobres al Sena.  Es considerado un “pasaje al acto”, que en psicología implicará la angustia patente en la adolescente cuando observa la relación de su institutriz con su novio cuando la besa; ella quiere desaparecer y se retuerce las manos como una mujer celosa y por ese movimiento un sobre se le cae al suelo, decidiendo así lanzarlos todos al río.  Acción que no estaba premeditada, pero ya no tiene vuelta atrás.  Antoinette ya no es la misma, ha tenido la capacidad de actuar que antes no tenía.  Esta escena vincula el despertar de la sexualidad que ha estado presente en toda la obra.



Hay varios momentos en que Antoinette realiza una “toma de posición”, por ejemplo cuando piensa que podrían confundir a su madre con una cocinera en esa fiesta, en cambio ella sería maravillosa y los hombres la rodearían para admirarla.  Otro momento es cuando piensa que sus padres son unos incultos y bordes.  Desde luego que el momento final es el estelar, cuando con una sonrisa manifiesta abiertamente la indiferencia por la madre que se ha hundido.





Lo opuesto al amor es la indiferencia, no el odio.


Parece que es una novela carente de amor, los personajes están reunidos en una familia pero jamás se hablan o expresan cariño, muy al contrario, siempre se reprochan unos a otros. 

El final es controvertido. Muestra la venganza de la hija, el derrumbe de las ilusiones de la Sra. Kampf y un abrazo donde se cruzan ambas, pero Antoinette sonríe ante el desplome de su madre y el sitio que ella ha conseguido.   Se aloja finalmente en el deseo materno, cuando al final dice “pobre mamá”.   La pobreza que despoja a la madre de su ambición de riqueza. Novela breve pero compleja de analizar que nos plantea la realidad de una época donde los hijos eran educados de manera estricta.  Curioso que el tema central sea la tremenda relación madre-hija, cuando en esos años, a principios de siglo, las familias de cierto nivel económico y social dejaban a los hijos en manos de institutrices y los padres se ocupaban de los hijos en contadas ocasiones. 

Irène Némirovsky retrata a la familia y la sociedad de su época, siempre basada en una apariencia hacia los demás, donde los aspectos sociales, históricos, políticos y hasta los autobiográficos son necesarios para hacer un análisis de la obra.





Irène Némirovsky, El baile. Páris, 1929.














Irène Némirovsky, nacida en Kiev, Ucrania en 1903, rusa de origen judío que fue exiliada por causas de la revolución bolchevique.  Su familia se establece en París, Francia y ella estudia literatura en la Universidad de Soborna –la institución de mayor prestigio en Francia en la licenciatura de letras- .  Joven autora que con 26 años nos entrega su tercera novela Le bal.  Su muerte es prematura y trágica. No obstante haberse convertido al catolicismo desde su exilio, es reclamada como judía, por el Tercer Reich del gobierno de la Alemania Fascista.  Morirá en 1942 en el tristemente afamado campo de concentración de Auschwitz. 




Lista del convoy número 6, con 119 mujeres hacia el terrible destino final
el 16 de julio de 1942.  El nombre de I. Némirovsky aparece como Epstein Irène Némirovsky,  femme de lettres, mujer de letras.





























El baile es una breve novela realista, sencilla y casi podríamos catalogar de plano, sin sorpresas.  La autora no se involucra con expresiones de sentimientos o se permite realizar observaciones significativas.  De esa manera fría, con la misma absoluta indiferencia de la protagonista de 14 años, nos narra en tercera persona lo que parece ser el pasado de I. Némirovsky y lo transforma en el  presente de Antoinette Kampf y su familia de nuevos ricos.





El padre de la autora era un  banquero judío rico, y Sr. Kampf también era judío y ha tenido un golpe de suerte que cambió su economía y estatus social.  Sin mucho preámbulo  nos enteramos que los padres de Antoinette quieren debutar en la sociedad parisina con un baile, para dar a conocer su fortuna y lograr un lugar en la alta sociedad exclusiva de antiguos burgueses y aristócratas millonarios.  La hija adolescente manifiesta su emoción por asistir al evento y encuentra una negativa rotunda por parte de su madre, quien argumenta que es ella la que tiene que ser la protagonista central de la fiesta.
Así se romperá el mito universal de la infinita bondad y sacrificio de las madres para con los hijos, la Sra. Kampf ha ido alimentando el rencor de su hija con ofensas continuas y eso dará como resultado una tremenda rivalidad de poder y protagonismo entre ellas.

Las escenas se desarrollan con planteamientos ligeros, la historia avanza sin detonar un ritmo de sentimientos, describiendo perfectamente a la madre para apreciar el cambio de personalidad drástico que sufrirá el personaje principal, Antoinette.




La Sra. Kampf se irrita por el poco interés de su hija en los asuntos de la sociedad y el lucir como verdadera rica, ella quisiera ver en Antoinette una grácil jovencita de refinados modales y no es así, entonces reacciona agrediéndola, haciendo referencia a su cara adolescente con frases muy hirientes como  -“¿En qué sueñas con ese labio colgando?”-

La adolescente está ansiosa de ser ya una mujer, de tener un novio como el de su institutriz, de que la besen y abracen y pasa las horas imaginando y soñando cómo será todo ese mundo de “mujer”.  Desea ir al baile y que todos la admiren, bailar en los brazos de un hombre con un bello vestido.  Pero no.  Esta su madre para impedirlo, su madre a la que ahora siempre le estorba.  Resulta que Antoinette también es ambiciosa, quizás más que su madre.
La venganza de la adolescente, toda esa ira acumulada y la frustración reprimida, saldrán al vuelo como el paquete de invitaciones para el baile que debería de depositar en el buzón y decidió lanzar al río Sena.   Ha sido la manera de castigar a su madre.

Ahora tenemos a la nueva Antoinette, la adolescente perversa que desafía las normas para dar un paso a la madurez, con una indiferencia e irresponsabilidad total con todo el desapego que tanta lágrima le ha ido forjando.

El día de la gran fiesta llega, la madre está vuelta loca de nervios… mientras la chica observa escondida en un lugar de primera fila el desastre que se avecina.

La escena de la espera de los invitados es genial, lo que más me ha gustado de la novela.  La descripción que la autora nos brinda de los personajes, que por cierto son bien pocos, sus actitudes individualistas –tanto de la madre como de la servidumbre o la única invitada que ha llegado- son tan patéticas que toma un tono ambiguo de tensión y comicidad.

Y así concluye el baile tan esperado por la Sra. Kampf, así, sin siquiera haber comenzado.
Antoinette, que parece dimensionar  la tragedia por primera vez, se muerde las manos y dice –“Me importa un bledo”.  Ya no teme a su madre, rompió la barrera entre ellas ahora ambas son capaces de las mismas cosas.



miércoles, 30 de abril de 2014

Dinero, paranoias y nuevos ricos siempre apanicados.




Dime para qué sirve el dinero y te diré quién eres.


Una realidad es que no sabemos para qué sirve el dinero.  Es cierto que es un medio para vivir, pero solemos confundir la calidad de vida con cantidad de gasto; somos malos para ahorrar y nos dejamos llevar por las emociones rápidas y la satisfacción o placer “instantáneo” que nos produce el poseer cosas… finalmente ya quedamos en que hoy vivimos en un mundo exprés, donde todo tiene que ser rápido, nada a largo plazo.

En ocasiones ni siquiera tenemos todavía el dinero en nuestras manos y ya tenemos todo un plan maestro de cómo lo vamos a gastar en ser felices, aunque sea por corto plazo; o quizás a la inversa, es decir que no tenemos el dinero y ni siquiera sabemos de dónde lo vamos a sacar pero ya tenemos en la mira lo que deseamos poseer.  ¿Te suena el tema?

El dinero sirve para que trabaje por nosotros, no nosotros para él; para esto tenemos que invertir nuestros dinero en activos –negocios que generen dinero- y dejar de gastar en los tentadores pasivos –videojuegos, revistas, artículos de colección, etc.-

Si el dinero no sirve para  compartirlo con los demás, entonces ¿para qué sirve? 

Esta es la idea de Warren Buffett, que ocupa el cuarto lugar de personas más ricas del mundo según la afamada lista de Forbes.  Warren es un empresario estadounidense y el mayor inversionista a nivel mundial – sus giros comprenden desde la joyería más exclusiva hasta los ladrillos más económicos-  Él  donó $31 mil millones de dólares para caridad. 





Y yo coincido con su idea: 
el dinero es para compartirlo.





Monomanías, fantasías, paranoias y demencias de los nuevos ricos.


En un escaparate de Louis Vuitton, en ave. Masaryk, Polanco, hay diminutas carteras de más de 12 mil pesos.  En la misma banqueta, unos metros adelante, un tipo vende unas iguales por 250 pesos.  Resulta que como tienen el mismo color que las del escaparate, y además el mismo diseño y hasta el mismo logotipo pues llega la policía. En un mundo justo y sensato se llevaría detenido al estafador que no tiene escrúpulos.  En este, nuestro mundo, se llevan preso al vendedor callejero por incomodar a los nuevos ricos con su realidad más que escandalosa: el verdadero precio de las carteras.






A los ricos de abolengo, esos de toda la vida y muchas otras vidas atrás, les importa un cacahuate que la gente común compre falsificaciones o imitaciones, ellos están en otra dimensión: consumen productos imposibles de imitar.  Entonces ellos no son los que llaman a la policía para que arreste a vendedores como el que referimos.  Son los nuevos ricos, los que no tienen pedigrí y menos abolengo, los que se hicieron ricos en un golpe de suerte y nunca ha tenido una familia poderosa en el pasado ni una educación aceptable.   












Ellos son ricos apanicados de perder un estatus que no es suyo del todo. Entre las múltiples paranoias de los nuevos ricos se encuentra el tener que aceptar que personas pobres y sin suerte compren sus mismos juguetes y fantasías.

A un nuevo rico no le importa la calidad de las cosas, lo que le importa es la garantía de que nadie más que ellos pueden conseguirlo.  Comprar marcas reconocidas implica dejar clara la brecha que ahora los separa de su vida anterior.  




Hace muy poco que eran ellos los envidiosos de los ricos verdaderos, eran los resentidos, los que fisgoneaban en la vida de los otros… por eso ahora viven desesperados por no caer nuevamente en su miseria. 

Parecen decir: prefiero que me roben el dinero que hoy me sobra y no que me quiten mi nueva autoestima… porque de eso tengo poco.