lunes, 31 de marzo de 2014

Grandiosas ironías de Shakespeare y el error de Otelo


Yago, el psicópata, imita a Otelo.


La victoria de Emilia sobre Yago es según Harold Bloom – crítico estadounidense autor de Shakespeare: The Invention of the Human- una de las más grandiosas ironías de Shakespeare.  

Yago, el psicópata que manipuló hábilmente a todos los personajes: Otelo, Desdémona, Casio, Rodrigo y Emilia, es desenmascarado por esta última que no era más que un eslabón pequeño en su venganza. Para Yago es insoportable la lealtad de Emilia y el amor que demuestra a Desdémona, y sorprendido reacciona de la manera más básica e instintiva asesinando a su esposa por sentirse traicionado o menospreciado.  De esta manera se convierte en lo que tanto odiaba: en Otelo, que hace apenas unos momentos había matado igualmente a su esposa.

Inclusive hubiéramos apostado por un final con la huida del malandrín principal y así escaparía de un castigo.  Con un Yago mudo, lo cual resulta sorprendente y a la vez provoca dolor y angustia, el episodio final de Otelo se queda envuelta en la ambigüedad, dejando al personaje de Yago exaltado y sublime.



El error de Otelo 

Uno de los errores frecuentes en la detección de engaños se denomina el riesgo de Brokaw y consiste en el hecho de no tomar en cuenta las diferencia individuales.

Otra fuente de alteración igual de importante , que da origen a errores de incredulidad, es el error de Otelo, en el que se incurre cuando se omite que una persona que dice la verdad puede parecer embustera si está sometida a una presión extrema.   Cada uno de los sentimientos que inspira una mentira y que son capaces de producir una auto delación o una pista sobre el embuste, puede asimismo ser experimentado por una persona sincera, a raíz de otros motivos, si se sospecha de ella. Un individuo sincero tal vez tema que no le crean, y ese temor puede confundirse con el recelo a ser detectado que es propio de un mentiroso. Hay sujetos con grandes sentimientos de culpa sin resolver acerca de otras cuestiones, que salen a la superficie toda vez que alguien sospecha que cometieron una falta; y estos sentimientos de culpa puede confundirse con los que siente el mentiroso por el engaño en que está incurriendo.

domingo, 30 de marzo de 2014

Otelo y el terrible monstruo

Monstruos  Vs. Yo no soy el que soy.


En el desarrollo de la obra observamos como el moro se va desmoronando psicologicamente. Otelo, al inicio, es un prototipo de hombre dotado de sensatez y seguridad en sí mismo, que además prefiere apostar por confiar en sus allegados, que no hurga en rebuscadas ideas ni acostumbra anteponer las suposiciones... más cuando avanza la trama y Yago va ganando posiciones con sus mentiras e intrigas, Otelo se va transformando en un hombre extremadamente celoso y violento; convirtiéndose en un tipo lleno de amargura rabiosa y dominado, irracionalmente, por la inseguridad. 

Se apodera de él lo que lo que Shakespeare llama “el terrible monstruo” que representa los celos. De esta manera será símbolo  de la fragilidad mental propia de las patologías asociadas a los delirios.

El hoy llamado Síndrome de Otelo, se caracteriza por un delirio celotípico con ideas de engaño e infidelidad, sin otra sintomatología psicótica asociada. En ocasiones las consecuencias de este padecimiento son peligrosas.

Pero Yago también padece celos patológicos y sospecha que el moro, que representa a todas las virtudes de las cuales él carece, ha tenido relaciones con Emilia, su esposa.

A Yago sus propias palabras lo definen:
 “Yo no soy el que soy”

Embaucador, cínico, mentiroso, un vil liante que enreda y malmete a todos los que le rodean en su propio beneficio…
¡Bien podría ser el perfil de un psicopata! Y lo es.

Como dijo Concepción Arenal en su obra publicada en 1894 Cartas a los delincuentes: 

“El que proyecta un crimen, y busca cómplices, y los halla, y los seduce, y los adiestra, y los lanza donde él no tiene valor para ir, es débil”

Sus intenciones quedan definidas desde el inicio del drama, cuando se nos presenta ofendido porque Otelo no le ha considerado para el cargo de teniente y se lo otorgó al florentino Casio, y dice: 

“(...) Al moro despiértalo, acósalo, envenena su placer, denúncielo en las calles, ponlo a mal con los parientes de ella y, si vive en un mundo delicioso, inféstalo de moscas, si grande es su dicha, inventa ocasiones de amargársela”.


Algunos símbolos en la obra.


El pañuelo

Es el más sobresaliente de los símbolos en toda la trama. Otelo se lo da a Desdémona como primer regalo y representa una prueba de amor. Por esa razón es tan importante para Yago robarlo, pues sabe que para Otelo es símbolo de la fidelidad de Desdémona. El pañuelo tiene un bordado de fresas rojas, y Otelo le dice a Desdémona que las fresas fueron cocidas a mano con un hilo teñido con la sangre de “corazones de vírgenes” es decir, sangre de vírgenes . De esta forma, el pañuelo se asemeja a las sábanas de la noche de bodas que también han sido manchadas con la sangre de una virgen. Por lo tanto, en la mente de Otelo, mientras Desdémona tenga el pañuelo, seguirá siendo casta. Pero en el momento que lo pierde, con él pierde también su castidad. También representa el pasado misterioso y exótico de Otelo, pues le dice a su amada que un encantador egipcio se lo dio a su madre y que haría que su padre se mantuviese fiel. 
El determinante peso que tiene este objeto en la trama de la obra nos deja ver lo susceptible e influenciable que puede llegar a ser una mente celosa y la manera en que los pequeños detalles e incidentes sin mayor importancia aparente son sacados de contexto psicológicamente para convertirse en pruebas irrefutables de amor o traición. 


La canción del sauce.

Cuando Desdémona hace los preparativos para ir a la cama en la noche que será asesinada, canta esa canción.   Esta melodía era cantada por una sirvienta de la madre de Desdémona que era amante de un loco.  Refleja que ella siente temor por pensar que su esposo enloqueció y la abandone. Los sauces al borde del agua son símbolos tradicionales de mujeres que abandonadas por sus amantes (en otro ejemplo de Shakespeare, Ofelia, abandonada por su amor, Hamlet, muere después de caer de un sauce y se ahoga en un arroyo, en la obra Hamlet). 


El atrevido sueño de Casio

Yago le cuenta un supuesto sueño de  Casio a Otelo:
“YAGO[…] Le oí decir en sueños: «Querida Desdémona,seamos prudentes, ocultemos nuestro amor».loY entonces me agarra y me tuerce la mano,gritando «¡Divina criatura!», y me besa con ganas,como arrancando de cuajo los besosque crecieron en mis labios; y me echala pierna sobre el muslo, suspira, me besay grita «¡Maldita la suerte que te dio al moro!»
OTELO¡Oh monstruoso! ¡Monstruoso!”

Cuando Otelo pide una prueba de que su esposa le ha sido “desleal”, Yago le cuenta el el supuesto sueño que tuvo Casio una noche mientras dormía en la cama contigua a la de Yago en un campamento militar. 

Según Yago, Casio, mientras dormía, hablaba de un ardiente encuentro con Desdémona. No solo eso, sino que Casio le agarró la mano a Yago, le puso su pierna en el muslo, y lo besó, todo mientras soñaba con Desdémona.

¿Qué es lo que está pasando aquí? Primero, es importante decir que Yago está montándole una trampa a Casio para hacerlo ver como que se ha acostado con Desdémona. Segundo, Otelo parece dispuesto a aceptar esta gráfica historia como “prueba” de que Desdémona lo está engañando. Tercero, Yago está describiendo descaradamente un momento homosexual erótico que supuestamente compartió con Casio. La descripción del sueño, debería ser acerca de Desdémona y Casio, pero eso pasa a un segundo plano ante la descripción bastante detallada de lo que ocurre entre Casio y Yago, lo que origina la siguiente pregunta: ¿Otelo está molesto o celoso porque supuestamente Casio soñó con su esposa, o porque Casio y Yago estaban en la misma cama? La crítica literaria ha tirado hacia un lado y hacia el otro.

Los jardines

A Yago le fascina hacer referencias a jardines y otros tipos de follajes.
El momento más famoso en la obra es cuando Yago dice:
“YAGO

Nuestro cuerpo es un jardín y nuestra voluntad, la jardinera. Ya sea plantando ortigas o sembrando lechugas, dejándolo yermo por desidia o cultivándolo con celo, el poder y autoridad para cambiarlo está en la voluntad” 
Es una analogía bastante elaborada entre la jardinería y el libre albedrío. Básicamente, Yago nos recuerda que él es, en última instancia, el mejor jardinero, para decirlo de alguna forma, porque tiene un control tremendo sobre él y sus acciones. También nos recuerda que, parte de lo que hace a Yago ser un manipulador brillante, es su habilidad para plantar la semilla de la duda y los celos en la mente de Otelo.



La vela

La vela que sopla Otelo justo antes de estrangular a Desdémona, simboliza la fragilidad de su vida -la de Desdémona-. 

Otelo hace la comparación, parado con una vela en la mano al frente de ella mientras duerme, dice:   

“Apaga la llama y después apaga su llama” 
Sopla la vela y después estrangula a Desdémona. También reflexiona que la diferencia entre la vida de Desdémona y la luz de una vela es que puede volver a encender la vela las veces que él quiera, pero a ella solo puede matarla una vez. 
“Podría extinguirte, flamígera emisaria, y después devolverte la luz anterior si fuese a arrepentirme”. le dice a la vela. “Mas muerta tu llama,criatura perfecta de la naturaleza,no sabría dónde hallar el fuego prometeico que te diera nueva luz”

Los malos hábitos del genial Yago

Otelo, Jorge Luis Borges y Arnold Hauser.



Entre los múltiples temas que destacan en la obra de Otelo, el escritor Jorge Luis Borges, en su libro Otras inquisiciones,  le adjudica cuatro: la maldad premeditada, el amor, los celos y el complejo de inferioridad. 

Por su parte el historiador en arte Arnol Hauser, del que ya hablamos, refiere al carácter 
manierista del protagonista negro  - estilo cuya característica es el rechazo del clasicismo y la rigidez de normas o estereotipos que incluso deforma la realidad- así como su ingenuidad; argumentando que esos dos elementos conforman una psicología analista – es decir de las diferencias individuales- común a todos los protagonistas de las obras de W. Shakespeare.
Las diferentes temáticas abordadas en la obra hacen posible que el protagonista interactue de diversas formas con los personajes que encarnan los celos, el amor, la traición, la hipocresía, la sumisión o la inferioridad.

Otelo, quien abiertamente encarna al bárbaro–enemigo, consigue el amor de la hija del senador veneciano Brabancio, que intenta negar y justificar la acción de su hija argumentando que ella ha sido victima de algún hechizo por parte del moro.


En esta parte el autor nos indica el concepto que tenía el veneciano del moro, ya que es imposible que existiera amor auténtico de una mujer blanca, así que se trata de de un encantamiento por parte del negro de religión bárbara.

Brabancio, padre de Desdémona, asegura a Rodrigo – un caballero veneciano enamorado de su hija- que “será recompensado”.  Observamos el paternalismo y la preferencia del senador hacia el caballero; ambos pertenecen a la nobleza veneciana y no permitirán que in bárbaro deshonre la estirpe. Los argumentos de la nobleza para justificar su lugar privilegiado en la naturaleza tienden a que las opiniones y las ideologías tradicionales son las únicas válidas y ciertas.. pues sin brujería la naturaleza, que no es torpe, ciega, ni insensata, no podría torcerse de modo tan absurdo.

Yago : Obramos con la mente, no con brujería, y la mente necesita lentitud.


El oficial al servicio de  Otelo, es el personaje que desencadena el conflicto. Él está al tanto de todo cuanto ocurre en la corte y eso le permitirá destruir a Otelo; este último confía en su oficial y eso hace a Yago  un enemigo realmente poderoso.

Yago está frustrado  porque Otelo tiene un cargo superior al suyo, además Casio, que es otro subalterno de Otelo, también tiene un cargo de mayor rango que él.  Por lo anterior incitará a Rodrigo a aspirar al amor de Desdémona. Así, arma las intrigas que no sólo arrastrarán a Otelo a una maraña de injurias,mentiras y tormentos sino también a Casio y a Desdémona, acusando al teniente ante Otelo de haberse acostado con su esposa.
Yago es un estratega soberbio, se considera que muy pocos personajes literario se le pueden comparar, si acaso con la Celestina.


YAGO: —¿Y quién va a decir que hago de malo, cuando mi consejo es sincero y honrado, muy puesto en razón y modo seguro de ganarse al moro? Pues es lo más fácil mover la complacencia de Desdémona por una causa honrada: es más generosa que los elementos de la naturaleza y, en cuanto a ganarse al moro, él renunciaría a su bautismo y a los signos de la redención por un amor que le tiene encadenado, pues ella puede hacer y deshacer lo que le plazca, al punto que el deseo al moro le domine sus pobres facultades. ¿Cómo voy a ser malvado si, en vía paralela, indico a Casio la línea recta de su bien? ¡Teología del diablo! Cuando el Maligno induce al pecado más negro, primero nos tienta con divino semblante , como ahora yo. Mientras este honrado bobo implora a Desdémona que remedie su suerte y ella intercede por él, yo al moro le vierto en el oído este veneno: que aboga por Casio porque le desea; y, cuanto más se afane por su bien, tanto más minará la fe del moro. Yo haré que su virtud se vuelva vicio y con su propia bondad haré la red que atrape a todos.

 Los malos hábitos del genial Yago


Considerado uno de los más impecables, impactantes e inolvidables villanos – de los malos malotes- de la literatura  universal, es un excente arquetipo del intrigante Shakesperiano; personaje paradigmático que resumirá las más nefastas características de la naturaleza humana.

La historia de esta obra es un estudio completo de los peores vicios del ser humano: la codicia, le envidia y los celos.

Las  tres anti-virtudes están representados en distintos personajes. Encontraremos, además,la ira en el noble Otelo,  que después de que se nos  muestra como un ser virtuoso y caer inocentemente en las trampas de Yago, se transforma en un hombre iracundo y despiadado asesino.  La codicia será encontrada en el personaje de Rodrigo,
un hombre sin entereza que se deja manipular por otro y que solo busca complacer sus deseos en puro derroche de egoísmo.

Pero es en Yago donde encontraremos reunidos todos los vicios, o malos hábitos de los que antes hablamos. Para muchos críticos Yago es un personaje verdaderamente luciferino.

Todos los personajes de este genial drama padecen de vicios o defectos humanos reconocidos.  El protagonista es un hombre celoso que culminará comentiendo un asesinato y rematando con el suicidio, todo por causa de su falta de criterio y nulo análisis de las situaciones.  Desdémona será la representación opuesta de Yago, destacará por sus virtudes, sufrirá su falta de malicia; un personaje que se rehúsa a ver los defectos de los demás.

Regresando al personaje más complejo, y estrella de este drama, Yago, podemos apuntar que su primer defecto o mal hábito es la hipocresía seguido por la traición.  Otelo confiaba plenamente en quién lo había ayudado en empresas del pasado y así había conseguido escalar dentro de la sociedad veneciana y la política militar.
¿Por qué debería dudar de su mayor hombre de confianza? 

El otro vicio de Yago es la envidia, él se siente opacado por Otelo. Entonces surge la codicia por destruir la posición de Otelo.  Los planes tejidos sin prisa y con derroche de ingenio nos provoca una siniestra admiración.

Y Finalmente el más importante de los vicios de Yago son los celos, tema central de la obra literaria de Otelo. Yago los manipula para lograr sus objetivos y así lograr vengar esa tremenda envidia que tiene por no ser él el amado y virtuoso, lo que le provoca una seria perturbación por la poca atención que le prestan. 


Shakespeare y su época




William Shakespeare



Dramaturgo y poeta inglés del siglo XVI. Escribió tragedias, comedias, dramas dialécticos y sonetos, rompió con las reglas clásicas en las puestas en escena de obras teatrales.
Shakespeare nació en Stratford-on-Avon, de familia humilde y con estudios truncados por la precaria economía familiar.  En Londres fue actor y luego autor de las obras teatrales representadas por la compañía “los hombres del Chambelán” –conocida posteriormente como “Los hombres del Rey- en la cual era inversionista.

Asociado con el llamado “teatro isabelino”, ya que era Isabel I la regente. La característica del teatro isabelino fue su carácter lucrativo, las entradas a la función se cobraban y estas eran representadas por compañía profesionales de actores que gozaban de de un sueldo por su trabajo. Esta comercialización del teatro supone la construcción de edificios para este fin y que el público sea heterogéneo. Aún así, las representaciones contaban con pocos recursos para vestuario, decoración y escenografía. 






La creación literaria de Shakespeare


Shakespeare fue un prolífico autor que escribió poesías y dramas. Rompe con las reglas, imposiciones, criterios, costumbres y preceptos establecidas por Petrarca en lo referente a sonetos; desarrolla lo que será denominado el soneto shakesperiano, donde los temas son el amor y el tiempo.


Su producción dramática se clasifica en tres periodos: 
El de aprendizaje, con temas de tragedias históricas como “Tito Andrónico”, y después comedias de enredo como “La fierecilla domada”, cerrando este periodo con drama trágico del corte de “Romeo y Julieta”.


De nueva cuenta regresa a los temas de la historia Inglesa como “Ricardo II” continuando con comedia de corte romántico caracterizadas por la cantidad de retos insufribles que marcarán irremediablemente el desarrollo de la vida de los personajes, ejemplo de esta producción es “El mercader de Venecia”.

Continuará con dramas dialécticos donde se buscará la verdad absoluta, como en “Hamlet”.




Por último, debemos destacar en las tragedias de Shakespeare a un protagonista que cae desde lo más alto de la gracia hasta morir, mientras que en la comedia destacamos el talento del autor para crear personajes tipo, como el bufón. Los personajes tipo son instantáneamente reconocibles por los miembros de una cultura dada. Debido a ello, un recurso frecuente de comedia y parodia es el exagerar muchísimo los rasgos habituales de los personajes tipo.







William Shakespeare y sus personajes: carácter, actitudes, perfil psicológico.




En la opinión de Arnold Hauser, reconocido historiador de arte “Es imposible caracterizar de modo unitario la posición de Shakespeare ante las cuestiones sociales y políticas de su época sin tomar en cuenta los diversos estadios de su desarrollo. Su visión del mundo experimentó precisamente hacia el fin del siglo una crisis que cambió su modo de juzgar la situación social y sus sentimientos respecto de las distintas capas de la sociedad. Ateniéndose al principio del orden, del aprecio de la estabilidad social y del desvío frente al heroico ideal feudal y caballeresco, parece haber perdido su confianza en el absolutismo maquiavélico y en la economía de lucro sin escrúpulos. 

Shakespeare siente más simpatía por las personas que fracasan en la vida pública que por aquellas que tienen fortuna y éxito. Tal subversión de valores apenas puede explicarse por un simple cambio de humor, una aventura puramente privada o una inteligente corrección de opiniones anteriores. El pesimismo de Shakespeare tiene una dimensión suprapersonal y lleva en sí las huellas de una tragedia histórica.”






Celos. Síndrome de Otelo. Delirio celotípico.


Celos, cosa tan de todos los días y tantos ámbitos, pero cuándo rebasan los límites socialmente aceptados ya se califican de patológicos. 



No todos los celos son iguales, sabemos que básicamente son un terror incontrolable y una enfermiza obsesión de ser abandonados por la persona objeto de nuestro deseo, de que esta nos deje por preferir a otro que calificamos como nuestro rival.  Básicamente se clasifican en tres tipos:


a) Celos patológicos de carácter obsesivoPasa lo mismo que con el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) se tiene conciencia plena de que la supuesta infidelidad es sólo un pensamiento absurdo, que no hay pruebas, pero eres incapaz de evitar ese pensamiento.  Lo anterior produce ansiedad y un desequilibrio emocional.
b) Celos patológicos de carácter deliranteAquí el sentimiento de celos es una idea delirante, se ve la realidad distorsionada  y aunque existan pruebas que demuestren tu error, no las aceptas.  A diferencia de los anteriores aquí ni siquiera consideran que la idea esté en tu imaginación únicamente, lo vives como una realidad.  Este tipo de celos suelen estar asociados a otros trastornos existentes de manera simultánea como la depresión, trastorno delirante, alcoholismo.
c) Celos patológicos de carácter pasionalSe caracterizan por un estado emocional (de duración variable: horas, días, semanas…), que no es un trastorno clínico, en el que estás convencido de que tu pareja te es infiel.A diferencia del anterior, aquí tienes momentos de lucidez en dónde ves lo absurdo e irreal de tus ideas y te das cuenta de que estás equivocado




La celopatía, delirio celotípico, es 
donde se presenta la perdida de juicio de la realidad y se afirma la idea delirante de que la pareja es infiel. Se lo conoce también como Síndrome de Otelo por la obra de Shakespeare, en donde el protagonista termina asesinando a su esposa Desdémona a quien acusa de infidelidad. Por lo general las personas susceptibles de padecerlo son del sexo masculino y de mediana edad