domingo, 30 de marzo de 2014

Shakespeare y su época




William Shakespeare



Dramaturgo y poeta inglés del siglo XVI. Escribió tragedias, comedias, dramas dialécticos y sonetos, rompió con las reglas clásicas en las puestas en escena de obras teatrales.
Shakespeare nació en Stratford-on-Avon, de familia humilde y con estudios truncados por la precaria economía familiar.  En Londres fue actor y luego autor de las obras teatrales representadas por la compañía “los hombres del Chambelán” –conocida posteriormente como “Los hombres del Rey- en la cual era inversionista.

Asociado con el llamado “teatro isabelino”, ya que era Isabel I la regente. La característica del teatro isabelino fue su carácter lucrativo, las entradas a la función se cobraban y estas eran representadas por compañía profesionales de actores que gozaban de de un sueldo por su trabajo. Esta comercialización del teatro supone la construcción de edificios para este fin y que el público sea heterogéneo. Aún así, las representaciones contaban con pocos recursos para vestuario, decoración y escenografía. 






La creación literaria de Shakespeare


Shakespeare fue un prolífico autor que escribió poesías y dramas. Rompe con las reglas, imposiciones, criterios, costumbres y preceptos establecidas por Petrarca en lo referente a sonetos; desarrolla lo que será denominado el soneto shakesperiano, donde los temas son el amor y el tiempo.


Su producción dramática se clasifica en tres periodos: 
El de aprendizaje, con temas de tragedias históricas como “Tito Andrónico”, y después comedias de enredo como “La fierecilla domada”, cerrando este periodo con drama trágico del corte de “Romeo y Julieta”.


De nueva cuenta regresa a los temas de la historia Inglesa como “Ricardo II” continuando con comedia de corte romántico caracterizadas por la cantidad de retos insufribles que marcarán irremediablemente el desarrollo de la vida de los personajes, ejemplo de esta producción es “El mercader de Venecia”.

Continuará con dramas dialécticos donde se buscará la verdad absoluta, como en “Hamlet”.




Por último, debemos destacar en las tragedias de Shakespeare a un protagonista que cae desde lo más alto de la gracia hasta morir, mientras que en la comedia destacamos el talento del autor para crear personajes tipo, como el bufón. Los personajes tipo son instantáneamente reconocibles por los miembros de una cultura dada. Debido a ello, un recurso frecuente de comedia y parodia es el exagerar muchísimo los rasgos habituales de los personajes tipo.







William Shakespeare y sus personajes: carácter, actitudes, perfil psicológico.




En la opinión de Arnold Hauser, reconocido historiador de arte “Es imposible caracterizar de modo unitario la posición de Shakespeare ante las cuestiones sociales y políticas de su época sin tomar en cuenta los diversos estadios de su desarrollo. Su visión del mundo experimentó precisamente hacia el fin del siglo una crisis que cambió su modo de juzgar la situación social y sus sentimientos respecto de las distintas capas de la sociedad. Ateniéndose al principio del orden, del aprecio de la estabilidad social y del desvío frente al heroico ideal feudal y caballeresco, parece haber perdido su confianza en el absolutismo maquiavélico y en la economía de lucro sin escrúpulos. 

Shakespeare siente más simpatía por las personas que fracasan en la vida pública que por aquellas que tienen fortuna y éxito. Tal subversión de valores apenas puede explicarse por un simple cambio de humor, una aventura puramente privada o una inteligente corrección de opiniones anteriores. El pesimismo de Shakespeare tiene una dimensión suprapersonal y lleva en sí las huellas de una tragedia histórica.”






Celos. Síndrome de Otelo. Delirio celotípico.


Celos, cosa tan de todos los días y tantos ámbitos, pero cuándo rebasan los límites socialmente aceptados ya se califican de patológicos. 



No todos los celos son iguales, sabemos que básicamente son un terror incontrolable y una enfermiza obsesión de ser abandonados por la persona objeto de nuestro deseo, de que esta nos deje por preferir a otro que calificamos como nuestro rival.  Básicamente se clasifican en tres tipos:


a) Celos patológicos de carácter obsesivoPasa lo mismo que con el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) se tiene conciencia plena de que la supuesta infidelidad es sólo un pensamiento absurdo, que no hay pruebas, pero eres incapaz de evitar ese pensamiento.  Lo anterior produce ansiedad y un desequilibrio emocional.
b) Celos patológicos de carácter deliranteAquí el sentimiento de celos es una idea delirante, se ve la realidad distorsionada  y aunque existan pruebas que demuestren tu error, no las aceptas.  A diferencia de los anteriores aquí ni siquiera consideran que la idea esté en tu imaginación únicamente, lo vives como una realidad.  Este tipo de celos suelen estar asociados a otros trastornos existentes de manera simultánea como la depresión, trastorno delirante, alcoholismo.
c) Celos patológicos de carácter pasionalSe caracterizan por un estado emocional (de duración variable: horas, días, semanas…), que no es un trastorno clínico, en el que estás convencido de que tu pareja te es infiel.A diferencia del anterior, aquí tienes momentos de lucidez en dónde ves lo absurdo e irreal de tus ideas y te das cuenta de que estás equivocado




La celopatía, delirio celotípico, es 
donde se presenta la perdida de juicio de la realidad y se afirma la idea delirante de que la pareja es infiel. Se lo conoce también como Síndrome de Otelo por la obra de Shakespeare, en donde el protagonista termina asesinando a su esposa Desdémona a quien acusa de infidelidad. Por lo general las personas susceptibles de padecerlo son del sexo masculino y de mediana edad

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